Nuestra historia

De un pequeño sendero en el bosque a un ajetreado refugio de animales en el corazón de la selva ecuatoriana.

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Nuestra historia

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Desde un pequeño sendero en la jungla hasta un bullicioso refugio de animales en el corazón de la selva ecuatoriana.

Antes de unirse y embarcarse juntos en la aventura de crear su propio centro enfocado en rehabilitación de fauna, todos los fundadores de Merazonia tenían experiencia como voluntarios y habían trabajado en otros centros de rescate de fauna silvestre a lo largo del continente.

El Inicio

En septiembre de 2004 se empezaron los trabajos con cada fundador invirtiendo su propio dinero en este sueño. Esto permitió comprar 100 hectáreas de selva e invertir en materiales de construcción. El único acceso era por un sendero dentro del bosque y todos los días íbamos y veníamos de Mera al terreno para poder trabajar.


Desde el primer día hubieron voluntarios que nos acompañaron en el trabajo duro, cargando enormes cantidades de piedras y arena y halando vigas enormes por el bosque. La única ayuda que teníamos era de nuestro fiel caballo Monty. Poco a poco el centro fue cogiendo forma.

Refugio de animales

No fue sino hasta el 2009 que ya contábamos con las estructuras principales y todos los trámites estaban en orden. Y un día de enero de ese año, un pequeño chichico llamado Lukas, cruzó el puente de acceso. En ese momento Merazonia fue oficialmente inaugurada como centro de rescate y rehabilitación. El pequeño Lukas tuvo una vida libre dentro de Merazonia y creció para encabezar su propio grupo de monos chichicos.

Trabajo en equipo

Desde entonces, cientos de animales y voluntarios han cruzado el mismo puente. De a poco el centro se fue ampliando para que más animales pudieran recibir nuestro cuidado profesional. Con tantos residentes peludos, hoy en día los voluntarios pasan la mayoría de su tiempo cuidando a los animales y enriqueciendo sus vidas. Seguimos desarrollando el centro cada día: mejorando los recintos, ajustando dietas y ejecutando proyectos de liberación más detallados y con métodos innovadores.


Nos sentimos orgullosos de haber construido con nuestras propias manos este centro, junto a muchos voluntarios de todo el mundo. Merazonia en realidad fue construida por voluntarios para voluntarios (y animales por supuesto) y esto sigue siendo gran parte de lo que hace a Merazonia un lugar tan especial.

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